TEXTO DE LA LEY
El Senado y Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires sancionan con fuerza de Ley 14726
Artículo 1.- La presente ley tiene por objeto incorporar al Sistema de Salud de la Provincia de Buenos Aires la labor del Payaso de Hospital.
Artículo 2.- Se entenderá por Payaso de Hospital aquella persona especialista en el arte de clown que de acuerdo a la autoridad de aplicación reúna las condiciones y requisitos para el desarrollo de si tarea en los hospitales públicos provinciales y/o municipales de nuestra Provincia.
Artículo 3.- Cada servicio de terapia pediátrica deberá contar con un servicio de especialistas en el arte de clown o payasos hospitalarios.
Artículo 4.- El Poder Ejecutivo, a través de la autoridad de aplicación, determinará los requisitos y condiciones de los especialistas del arte del clown para el desarrollo de sus tareas, así como la categorización de los hospitales públicos provinciales y/o municipales en los que se los requiera.
Artículo 5.- Autorízase al Poder Ejecutivo a realizar las adecuaciones necesarias en el presupuesto de recursos y cálculos correspondientes al ejercicio de entrada en vigencia de esta ley.
Artículo 6.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Fundamentos de la
Ley 14726
En 1969, Hunter Adams es un hombre atormentado que se compromete
voluntariamente en una institución mental. Una vez ahí, Adams se da cuenta de que la
ayuda a sus compañeros le da un propósito en la vida y se gana el apodo de “Match”
(Parche). Debido a esto, él aspira a convertirse en médico, y dos años después se
inscribe en la Universidad Médica de Virginia, siendo el estudiante más viejo del primer
año. Match pone en duda el enfoque de la escuela a la atención médica, y entra en
conflicto con el Decano Walcott, quien cree que los médicos deben tratar a los
pacientes y no relacionarse con ellos como personas. Debido a este y otros incidentes
es expulsado de la escuela, a pesar de que es reintegrado gracias a sus métodos para
mejorar la salud de los pacientes.
Adams anima a los estudiantes de medicina para cultivar relaciones con las
enfermeras y aprender sus habilidades de entrevistas iniciales, y argumenta que la
muerte debe ser tratado con dignidad, y hasta humor.
En la vida de esta persona, profesionales de la salud, payamédicos, payasos
del arte clown y en la de varias organizaciones no gubernamentales encuentra su
fundamento este proyecto.
Sabemos que varias ONG vienen desenvolviéndose en esta cuestión con
resultados muy satisfactorios.
Varias de ellas vienen implementando programas en el Hospital Sor María
Ludovica de La Plata, el Hospital Universitario Austral, el Hospital Nacional Prof.
Alejandro Posadas; el Hospital Central de Pediatría “Dr. Claudio Zin” de Malvinas
Argentinas, el Hospital Gutiérrez de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“La risa en la medicina”. Fue en el siglo XVI que el médico francés
FrancoisRabelais utiliza la risa por primera vez en una consulta.
Robert Burton hacia el 1600 propone la risa como método terapéutico.
Mucho más actual, Sigmund Freud atribuye a las carcajadas el poder de liberar de
nuestros organismos de energía negativa, teoría que fue avalada años después
confirmándose que tras la risa se liberan impulsos negativos a nivel del córtex
cerebral.
La capacidad de la risa ha sido científicamente demostrada cuando se
descubre que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo
después de comenzar a reír, cuando nos reímos el cerebro emite información
necesaria para activar la secreción de endorfinas, específicamente encefalinas, que
poseen propiedades similares a la morfina con capacidad de aliviar el dolor e incluso
de enviar mensajes desde el cerebro hasta los linfocitos y otras células para combatir
infecciones virales y/o bacterianas adyuvantando a los tratamientos médicos
habituales, estas sustancias también están implicadas en el mejoramiento del estado
vial y la depresión.
Una de las líneas de trabajo a nivel mundial en la actualidad en algunos centros
psicoterapéuticos interdisciplinarios es la “risoterapia” que consiste en estimular la
producción de distintas hormonas que genera el propio organismo con ejercicios y
juegos grupales, siendo el de su cometido potenciar el sistema inmunitario en general
y facilitar la superación de diferentes bloqueos utilizando técnicas que ayudan a liberar
las tensiones del cuerpos y así poder llegar a la carcajada, como expresión corporal,
del juego, la danza y ejercicios de respiración o masajes; se busca lograr hacer reír de
una manera natural y sana, que las carcajadas salgan desde lo visceral e irracional,
igual que en los niños.
Lo que se busca en el fondo es a orientar la percepción de situaciones, vernos
en ellas, y que esto provoque risa de nosotros mismos y con los demás.
El humor es bueno para nuestra salud física, previene el estrés, proporciona
sentimientos de alegría y favorece las experiencias innovadoras, por lo mismo tiene
valor como recurso terapéutico; compartir sonrisas en los momentos adecuados puede
ser un poderoso antídoto que sirve tanto al profesional como a los pacientes en los
momentos difíciles.
Algunos profesionales temen que el humor sea interpretado como algo frívolo
por lo que limitan su uso como arma terapéutica, sin embargo los estudios científicos
demuestran que el estado de ánimo influye en nuestra salud, por lo que esto hay que
tenerlo en cuenta, siendo saludable fomentar la risa y el buen humor entre los
enfermos; también es necesario saber usarlo en forma adecuada siendo elegantes,
respetuosos, es primordial que el profesional tenga experiencia o la persona que
desarrolla la labor para usarlo como recurso terapéutico conociendo el ambiente en el
que se desenvuelve y las creencias tanto culturales como religiosas que tengan los
pacientes para no caer en la ironía o en el exceso, hay, sobre todo, que creer en la
fuerza del humor y aprender a utilizarlo, con ello se ganarán pacientes y profesionales
mejorando el acto médico.
La risa en la medicina ofrece un carácter ambivalente, primero es una
manifestación secundaria de diferentes patologías, siendo ésta uno de los signos
claves para poder realizar un correcto diagnóstico diferencial como lo son la parálisis
pseudos bulbar, la esclerosis lateral amiotrófica y la esclerosis múltiple, y segundo
podemos referirnos a la risa como un indicador de buena salud.
Con respecto a la risa podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿la risa
cura? ¿cómo? ¿por qué? y ¿ por qué la risoterapia puede ser un recurso terapéutico
adecuado para combatir el estrés? .
Para poder comprender debemos hacer referencias a las definiciones del
diccionario de la Real Academia Española con respecto al verbo curar: Aplicar con
éxito a un paciente los remedios correspondientes a la remisión de una lesión o
dolencia, sanar las dolencias o pasiones del alma, remediar un mal, recobrar la salud.
O la definición de estrés: tensión provocada por situaciones agobiantes que originan
reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
Entonces ¿la risa cura? En este sentido no podemos aseverar esto de manera
absoluta ya que aún no se ha podido demostrar la relación causa-efecto en la
aplicación de la risa como tratamiento y la remisión de una determinada patología.
Si consideramos la segunda parte de la definición de la RAE que es sanar las
dolencias o pasiones del alma, aquí podemos ser lógicos y referir que la risa sí puede
ayudarnos a recobrar la salud perdida, se podría deducir que la “risoterapia” sería
como la psicoterapia, por su capacidad de influir en la afectividad y en las emociones,
es este poder de la risoterapia sobre los sentimientos se produce como si fuera una
fuerza mágica, esta es una terapia grupal de apoyo, como lo son todas aquellas que
especializan en todas las áreas de las adicciones por ejemplo, en todos estos los
pacientes, generalmente quieren mejorar su condición y por eso participan de los
grupos, en el caso de los de risoterapia pueden producirles un aumento de la
esperanza y de optimismo; aunque no debemos dar la esperanza de que por ser
partícipe de los grupos nos asegura que va a curar la enfermedad, sí que este tipo de
terapia complementaria está dirigida al hecho de que los pacientes acepten su
enfermedad, que puedan expresar libremente sus sentimientos y de esta manera
aumenten su autoestima encontrando nuevos significados para sus vidas.
El uso juicioso de la risoterapia puede crear un ambiente que contenga a los
pacientes y que nada está afuera del alcance de la risa, el otro matiz que hay que
tener en cuenta es que la risa nunca viene sola sino que es un fenómeno asociado a
otros estímulos internos y externos como son las propias vivencias, los movimientos,
el juego, la música para lograr los objetivos planteados.
Entonces…como podría curar la risa? Desenmascarándonos y
descubriéndonos la parte cómica de la existencia, produciéndonos un cambio de
actitud hacia el positivismo ante la vida de quienes participan de las sesiones de
risoterapia, la risa se convierte en un recurso terapéutico que facilita el proceso de
aceptar los problemas que nos agobian y darles una mirada positiva.
En la normativa que nos ocupa la labor de los payasos de hospital o
especialista en el arte clown es fundamental para lograr los objetivos de la risoterapia,
y más cuando dicha terapia complementaria está dirigida a los niños.
La internación hospitalaria es un proceso traumático para todo ser humano,
pero en el caso de los niños entendemos que es aún más difícil de sobrellevar.
Ellos pierden el control de gran parte de sus vidas, su hábitat, sus costumbres,
sus hábitos, sus amigos, pierden incluso el control de su propio cuerpo que muchas
veces, por necesidad médica, es utilizado para estudios y procedimientos sin
solicitarles permiso alguno.
También se suma a esto el crecimiento de la demanda hospitalaria, esto
produce que el plantel médico y no medico de los hospitales pediátricos vea sobre
exigida su acción asistencial, relegando algunas veces a un segundo plano un
aspecto vital para los niños, independientemente de su patología, como es su
necesidad de jugar.
Esta situación adversa puede cambiar cuando la lente utilizada es la mirada del
clown, transformándose en lo que quisiéramos que sea, animando a los niños, a sus
pares y al personal médico y no médico a jugar otra vez.
Existe en el mundo una corriente denominada “Humanización Hospitalaria” que
persigue la idea de que los pacientes sean abordados desde un enfoque integral,
evitando las etiquetas médicas, las divisiones entre sano y enfermos.
Es en este cambio de enfoque que muchos médicos han abierto sus mentes a
nuevas ideas, intentando romper con el estatus que, sumando a organizaciones de la
sociedad civil que desde el arte proponen darle un complemento a esta situación de
mirar y de vivir el hospital.
Podemos mencionar numerosas organizaciones no g09ubernamentales que
han realizados trabajos a partir del arte clown (CownCareUnit, U.S.A., Doctores de
Alegría, Brasil, Le RireMedecin, Francia, Pallapupas, España, Payamédicos, Alegría
Intensiva, Argentina).
Los principales destinatarios de esta iniciativa son los niños internados o
aquellos que soportan largas horas en salas de espera, a quienes se les lleva el arte
clown, momentos de alegría, música y color ayudándolos a vivir experiencias
diferentes a esa realidad adversa.
Los niños entonces, en el marco de la interacción con los artistas, pasan un
momento distendido hablando su lenguaje y saciando su necesidad de jugar.
También su entorno (padres, acompañantes, tutores, amigos) son los destinatarios del
arte clown o de la labor de los payasos hospitalarios que lo reciben de forma directa,
cuando los niños los animan a jugar, o indirecta, como meros espectadores.
La intervención de los clowns transformando esa situación con inocencia,
humos, y quizás recuperando por unos segundos la sonrisa de sus hijos (muchas
veces la primera en mucho tiempo), resulta para ese padre un momento de
incalculable valor.
Los médicos, enfermeras y personal no médico, administrativos, maestranzas, etc.
también deben ser parte del acompañamiento al payaso hospitalario, a los cuales se
les podría brindar pequeñas perfomances que los integrarían en la tarea cotidiana,
muchas veces abrumada por la rutina, y conseguirles un momento de aire fresco que
cambie el semblante de su día.
Proponemos por medio de esta iniciativa que los clowns sean profesionales y
no voluntarios, porque creemos que las situaciones de hospital son sumamente
complejas y poseen un alto grado de sufrimiento y por ende se requiere de personas
altamente capacitadas y preparadas emocionalmente para trabajar con ellas, porque el
arte de la improvisación opera con el “aquí y ahora” y genera reacciones en los niños,
sus padres, el personal médico y no médico que solo un profesional puede manejar y
conducir para lograr el efecto lúdico deseado.
Hay numerosos relatos desde distintas partes del mundo y todos de
comprobación de cómo esta terapia contribuye a aliviar en cierta medida el malestar y
alejarlos a los niños de las dolencias graves por las cuales se encuentran internados
en los centros de salud.
Por todo lo expuesto anteriormente, teniendo en cuenta los antecedentes, los
precursores y contando con el aval de los grupos interdisciplinarios que están
trabajando en el país, y más precisamente en nuestra Provincia, se considera como
viable y de aplicación para los niños que son el sector que más lo capta la
implementación de servicios de especialistas en el arte clown en los distintos
hospitales de nuestra Provincia como forma de medicina complementaria.
Por todo lo expuesto es que solicito a los señores legisladores que me
acompañen con su voto favorable el presente proyecto de ley.
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