Hace unos días, el periodista Mauro Szeta sorprendió con una denuncia pública contra un colegio que decidió no aceptar como alumno a su nieto de seis años, Luca. En su cuenta de Twitter, dijo: "Los responsables son quienes lo despreciaron en su crianza. En sala de 5 le redujeron horas de educación. Y quienes ahora, bajo la máscara de un colegio inclusivo y cool, lo desecharon con argumentos falaces. Asco dan".
Consultado por LA NACION, Szeta explicó por qué hizo esta publicación y varias más que aludían al mismo tema. "El nieto de mi mujer, el hijo de su hija, fue diagnosticado con TEA (trastorno del espectro autista) de chiquito. Y los problemas con la escolaridad comenzaron el año pasado, en preescolar, cuando le redujeron el horario de clases de cuatro horas y media a sólo dos. Ahí ya comenzaron a excluirlo". Por inexperiencia, la familia no se dio cuenta que esto no sólo era ilegal sino que tampoco ayudaba a la integración del niño y así lo entiende hoy el periodista, absolutamente involucrado en la vida de su nieto. "Fue lo peor que pudieron hacer, no ayudó en nada", remarcó.
Sin embargo, las cosas se pusieron peores este año, cuando debieron cambiarlo de escuela porque les dieron un nuevo diagnóstico y les explicaron que, dentro del espectro autista, Luca tenía Asperger. "La hija de mi mujer se mudó, además", cuenta Szeta. "Dejó Avellaneda y se instaló en Almagro para estar más cerca nuestro. Entonces lo anotó en un colegio del barrio que parecía bárbaro, pero que se portó muy mal. Primero, le dijeron que tenían la vacante y, después de cuatro días de no atender el teléfono, nos informaron que no podían aceptar a Luca porque en el informe del colegio anterior decía que el nene era agresivo".
El periodista aseguró que la institución nunca vio al niño y nunca intentó corroborar la información que había recibido. "Simplemente lo rechazaron, una semana antes de comenzar las clases", expresó con desazón. Y, a pesar que la familia comenzó una frenética recorrida por otros colegios para conseguir lugar, no consiguió inscribirlo en ninguno. Por eso hoy Luca no comenzó las clases. No pudo ir al primer día de su primer grado. "Todavía no tenemos escuela", dijo Szeta decidido a comenzar una campaña para visibilizar esta problemática.
"No es sólo Luca, hay muchísimos chicos que tienen este conflicto. Me escribieron miles de personas que sufren por esto, entonces además de hacer una denuncia formal, lo que me interesa es que se sepa y se difunda. No puede ser que marginen así a un niño. Luca tiene maestra integradora y tiene derecho a ir a la escuela y pasar tiempo con otros niños, porque eso es parte de su educación. Y lo que están haciendo no es ayudarlo, es sacárselo de encima. Me parece terrible".
Fuente: La Nacion
Hay que hacer notar este tipo de problematica, gracias a este periodista reconocido la difusión sera mayor...colegios y escuelas q se dicen integradoras no lo son
ResponderEliminarBronca e impotencia una sociedad que cuesta despertar, cuánta violencia institucional y ausencia del estado.
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