lunes, 16 de abril de 2018

Seis mitos sobre el autismo

Una niña con autismo mira por la ventana durante un acto para conmemorar el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo en Bangalore, India. (EFE/ Jagadeesh Nv)
El desconocimiento es una de las barreras más poderosas. Por eso, hace una década la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 2 de abril como Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el objetivo de poner de relieve la necesidad de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo.
En el marco de las actividades que se realizan hoy, diferentes organizaciones convocan a reunirse a partir de las 16 frente al Congreso de la Nación. La propuesta -aunque no excluyente- es vestirse de azul. En tanto, mañana (3 de abril), de 9 a 13, habrá una charla abierta y gratuita en el Salón Dorado de la Legislatura Porteña, en la que se hablará, entre otras cosas, de trastornos del desarrollo, alimentación y el rol de la familia en personas con trastornos del espectro autista.
Este año, la conmemoración de este día a nivel mundial se centra en la importancia de empoderar a las mujeres y las niñas con autismo y de involucrarlas, tanto a ellas como a sus organizaciones, en las políticas y en la tomas de decisiones. Es que ellas “están sujetas a una doble discriminación, de género y por discapacidad”, sostienen desde Naciones Unidas.
“Las niñas con discapacidad tienen menos probabilidades de poder completar la escuela primaria y más posibilidades de ser marginadas, o incluso de que se les niegue el acceso a la educación. Además, tienen tasas de empleo menores que las de los hombres con discapacidades y que las de mujeres sin discapacidad. Desafortunadamente, las niñas y mujeres de todo el mundo están más expuestas que los hombres a la violencia física, sexual, psicológica y económica; en el caso de las mujeres y niñas con discapacidad esto se agrava. La violencia de género a la que estas mujeres y niñas están expuestas es aún mayor y elevadamente desproporcionada debido a la discriminación y al estigma que sufren por su género y por su discapacidad. Debido a esta estigmatización, se encuentran con barrerras de todo tipo para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, en especial las mujeres con discapacidades intelectuales, como el autismo”, añaden.
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo -de origen multifactorial, en el que se combinan factores genéticos y del entorno- que forma parte de un grupo de condiciones conocidas como trastornos del espectro autista (TEA). “Cuando se habla de autismo y de personas con autismo se hace referencia a un conjunto de condiciones semejantes pero cuya manifestación varía mucho en grado y forma de unas personas a otras. Hoy en día se prefiere denominarlo trastorno del 'espectro' autista, ya que entenderlo como un rango continuo y no una categoría única permite comprender la enorme variabilidad en las personas que presentan este síndrome”, explican desde el sector de Psiquiatría Infantil de Fleni. Se estima que el 1% de la población tiene diagnóstico de TEA.
El cerebro de las personas con TEA se desarrolla de manera diferente al de los niños con desarrollo típico, por lo que su funcionamiento y el procesamiento de información también se da en forma diferente. Es común que deban afrontar desafíos en la comunicación y en la interacción social; al tiempo que suelen realizar actividades o manifestar intereses o conductas repetitivas o estereotipadas. También es frecuente que presenten alteraciones en el proceso de estímulos sensoriales, por lo que pueden tener dificultades para tolerar ciertos sonidos o texturas, por ejemplo.
En el marco del Día Mundial y con la intención de contribuir a la concientización, Silvia Panighini, jefa del Sector de Psiquiatría Infantil de Fleni aclara algunos mitos vinculados a estos trastornos:
MITO 1
“Son personas incapaces de sentir o expresar afecto”
Los niños y adultos con TEA sonríen, lloran, se enojan y expresan amor. Establecen vínculos de apego con sus seres queridos. El modo de comunicar estos sentimientos puede resultar poco típico.
MITO 2
“Las personas con TEA no hablan ni se comunican”
Con la ayuda adecuada un gran porcentaje de niños con TEA desarrolla lenguaje, otros lograrán comunicarse a través de métodos alternativos de la comunicación.
MITO 3
“La mejoría es muy poco frecuente”
Todas las personas con TEA mejoran en el curso de su desarrollo y si las intervenciones son tempranas, intensivas y específicas, las probabilidades de expresión verbal, relación social y aprendizaje son muy altas.
MITO 4
“Son niños que no pueden ir a escuelas comunes”
La decisión sobre la escolaridad no depende de un diagnóstico sino de las características y necesidades específicas de cada individuo y de las posibilidades de la escuela. La integración en la escuela común es deseable y posible en muchos casos.
MITO 5
“Los padres son la causa del trastorno”
Existen evidencias de factores genéticos ligados a los TEA, sobre éstos, los factores ambientales pueden incidir tanto negativa como positivamente. Un ambiente rico en interacciones, calidez y comprensión contribuirá a la evolución favorable de un niño con TEA.
MITO 6
“Prefieren estar solos y no tener amigos”
Las personas con TEA desean relacionarse y tener amigos, pero les resulta difícil comprender cómo comportarse en situaciones sociales. Comprender y responder a las emociones de otros puede resultarles una tarea desconcertante.
Fuente: Clarin

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