El desconocimiento es una de las barreras más poderosas. Por eso, hace una década la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 2 de abril como Día Mundial de Concientización sobre el Autismo, con el objetivo de poner de relieve la necesidad de contribuir a la mejora de la calidad de vida de las personas con autismo.
En el marco de las actividades que se realizan hoy, diferentes organizaciones convocan a reunirse a partir de las 16 frente al Congreso de la Nación. La propuesta -aunque no excluyente- es vestirse de azul. En tanto, mañana (3 de abril), de 9 a 13, habrá una charla abierta y gratuita en el Salón Dorado de la Legislatura Porteña, en la que se hablará, entre otras cosas, de trastornos del desarrollo, alimentación y el rol de la familia en personas con trastornos del espectro autista.
Este año, la conmemoración de este día a nivel mundial se centra en la importancia de empoderar a las mujeres y las niñas con autismo y de involucrarlas, tanto a ellas como a sus organizaciones, en las políticas y en la tomas de decisiones. Es que ellas “están sujetas a una doble discriminación, de género y por discapacidad”, sostienen desde Naciones Unidas.
“Las niñas con discapacidad tienen menos probabilidades de poder completar la escuela primaria y más posibilidades de ser marginadas, o incluso de que se les niegue el acceso a la educación. Además, tienen tasas de empleo menores que las de los hombres con discapacidades y que las de mujeres sin discapacidad. Desafortunadamente, las niñas y mujeres de todo el mundo están más expuestas que los hombres a la violencia física, sexual, psicológica y económica; en el caso de las mujeres y niñas con discapacidad esto se agrava. La violencia de género a la que estas mujeres y niñas están expuestas es aún mayor y elevadamente desproporcionada debido a la discriminación y al estigma que sufren por su género y por su discapacidad. Debido a esta estigmatización, se encuentran con barrerras de todo tipo para acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, en especial las mujeres con discapacidades intelectuales, como el autismo”, añaden.
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo -de origen multifactorial, en el que se combinan factores genéticos y del entorno- que forma parte de un grupo de condiciones conocidas como trastornos del espectro autista (TEA). “Cuando se habla de autismo y de personas con autismo se hace referencia a un conjunto de condiciones semejantes pero cuya manifestación varía mucho en grado y forma de unas personas a otras. Hoy en día se prefiere denominarlo trastorno del 'espectro' autista, ya que entenderlo como un rango continuo y no una categoría única permite comprender la enorme variabilidad en las personas que presentan este síndrome”, explican desde el sector de Psiquiatría Infantil de Fleni. Se estima que el 1% de la población tiene diagnóstico de TEA.
El cerebro de las personas con TEA se desarrolla de manera diferente al de los niños con desarrollo típico, por lo que su funcionamiento y el procesamiento de información también se da en forma diferente. Es común que deban afrontar desafíos en la comunicación y en la interacción social; al tiempo que suelen realizar actividades o manifestar intereses o conductas repetitivas o estereotipadas. También es frecuente que presenten alteraciones en el proceso de estímulos sensoriales, por lo que pueden tener dificultades para tolerar ciertos sonidos o texturas, por ejemplo.
En el marco del Día Mundial y con la intención de contribuir a la concientización, Silvia Panighini, jefa del Sector de Psiquiatría Infantil de Fleni aclara algunos mitos vinculados a estos trastornos:
MITO 1
“Son personas incapaces de sentir o expresar afecto”
Los niños y adultos con TEA sonríen, lloran, se enojan y expresan amor. Establecen vínculos de apego con sus seres queridos. El modo de comunicar estos sentimientos puede resultar poco típico.
MITO 2
“Las personas con TEA no hablan ni se comunican”
Con la ayuda adecuada un gran porcentaje de niños con TEA desarrolla lenguaje, otros lograrán comunicarse a través de métodos alternativos de la comunicación.
MITO 3
“La mejoría es muy poco frecuente”
Todas las personas con TEA mejoran en el curso de su desarrollo y si las intervenciones son tempranas, intensivas y específicas, las probabilidades de expresión verbal, relación social y aprendizaje son muy altas.
MITO 4
“Son niños que no pueden ir a escuelas comunes”
La decisión sobre la escolaridad no depende de un diagnóstico sino de las características y necesidades específicas de cada individuo y de las posibilidades de la escuela. La integración en la escuela común es deseable y posible en muchos casos.
MITO 5
“Los padres son la causa del trastorno”
Existen evidencias de factores genéticos ligados a los TEA, sobre éstos, los factores ambientales pueden incidir tanto negativa como positivamente. Un ambiente rico en interacciones, calidez y comprensión contribuirá a la evolución favorable de un niño con TEA.
MITO 6
“Prefieren estar solos y no tener amigos”
Las personas con TEA desean relacionarse y tener amigos, pero les resulta difícil comprender cómo comportarse en situaciones sociales. Comprender y responder a las emociones de otros puede resultarles una tarea desconcertante.
Fuente: Clarin
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