El caso de Priscila, una joven tucumana que presenta hipoacusia demuestra hasta que punto las obras sociales pueden jugar ese mecanismo de "no te doy todo, te doy algo", colocándose en un rol de decidir que derechos cubrir y que otros denegar. Para la obra social provincial, Priscila tenía derecho a "medio escuchar", pues se pretendía cubrir solo el 50% de los audífonos. Un "medio derecho" que solo encuentra ecuación en quien paradójicamente"no tiene oídos" para intelegir la realidad, para interpretar las normas y por sobre todo, para ponerse en el zapato de una joven y su familia, sus papás Claudio y Mabel, que luchan día a día por la verdadera inclusión social, ella que ya desde el vamos, su misma cobertura de salud empieza a restringir.
La condena judicial que hemos obtenido, no solo ordena a la obra social la provisión al 100% de los audífonos, sino que incluye también todos aquellos recambio, accesorios y dispositivos que necesitare la joven, pués en definitiva, el derecho a la más plena salud no es solo potestad de alguien sino un atributo inherente a la condición de persona, a la dignidad humana.
Dr. Juan Manuel Posse
No hay comentarios:
Publicar un comentario