Evelyn Moore tiene una corta vida pero ya es toda una luchadora. Con cuatro meses fue diagnosticada con un neuroblastoma en la columna vertebral, por lo que tuvo que ser sometida, tan pequeña, a ocho sesiones de quimioterapia. Desde hace tres meses, el cáncer está en remisión, pero la mayor secuela de su enfermedad es que la niña quedó paralizada de cintura para abajo, y nunca podrá caminar.
Pero como todavía es muy pequeña para utilizar una silla de ruedas infantil, encontraron otra manera de ayudarla. La madre buscó las instrucciones en internet y el padre se puso manos a la obra: por menos de 100 euros fabricaron una silla de ruedas casera, y es increíble la soltura con la que la pequeña Evelyn domina su nuevo medio de transporte.
Una historia conmovedora
La noticia del cáncer fue devastadora. Una enfermera notó una protuberancia en la columna vertebral a la altura de la cadera de la niña y a los pocos día le diagnosticaban un tumor neuroblastoma en la etapa 4. El neuroblastoma es un tipo de cáncer infantil muy agresivo que se extiende por el tejido nervioso de la glándula suprarrenal, el cuello, el tórax o la médula espinal. Debido a su avanzado crecimiento, no pudo ser extraído, por lo que la pequeña debió ser sometida a un tratamiento de quimioterapia.
Le dijeron que podría aprender a gatear con sus brazos hasta que haya cumplido los dos años y pudiera acceder a una silla de ruedas especial. Pero además de ser carísima, los padres no quisieron perder el tiempo, precisamente en una etapa fundamental de desarrollo psicomotor en la que la niña empieza a explorarlo todo.
No querían quitarle la oportunidad de moverse por sus propios medios para descubrir el mundo, como hacen todos los niños a su edad, por lo que buscaron en internet "Cómo fabricar una silla de ruedas casera para bebés". Consiguieron en Pinterest un tutorial de una silla de ruedas creada a partir de un sillón Bumbo que había hecho una madre para su bebé con problemas de movilidad. También utilizaron una tabla de madera, ruedas de bicicleta pequeña y una rueditas para la tabla.
En una noche, Brad construyó la silla con ayuda de su mujer con todo el amor del mundo, sabiendo que estaban dándole una nueva oportunidad a su pequeña. Incluso la personalizaron con su nombre.
Una piloto experta
Es increíble cómo los niños aprenden a sacar lo máximo de sí mismos según sus posibilidades. Ella no es consciente de que no puede utilizar sus piernas y aprendió a moverse de esta manera como si fuese lo normal.
Al principio le costó acostumbrarse a utilizarla, empezó con pequeños movimientos, pero ahora puede ir hacia adelante, atrás, doblar esquinas y dar las vueltas a toda velocidad, tanto que han tenido que modificarla para que no fuera tan rápido.
Ahora nada la detiene. Según su oncóloga, “es como cualquier niño, aunque ella es mucho más rápida”.
Menos de cien euros les costó fabricar la silla de ruedas casera de su hija, pero la posibilidad que le dieron de moverse, coger confianza en ella misma y jugar como un niño más de su edad, no tiene precio.
Vía | The Mighty
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