Dr. Juan Manuel Posse
FUENTE: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/el-afecto-mitiga-los-problemas-de-aprendizaje
El afecto mitiga los problemas de aprendizaje
Lo revela un estudio de Ciencias de la Educación (UNC). Las dificultades crecen cuando no hay confianza o buenas relaciones entre docentes y alumnos.
Juan repitió cuatro veces primer grado y dos veces, segundo.
Tenía un diagnóstico de “leve retraso madurativo” y deambuló por varias
escuelas con maestras integradoras y adaptaciones curriculares. Tenía
dificultades para expresarse de manera oral y escrita, se dispersaba, no
comprendía las consignas.
Juan vivía con su madre, sostén de hogar, un hermano de 15
años y una tía. Había conflictos y violencia doméstica, ejercida por un abuelo y
un tío, denunciado en una ocasión por abuso sexual.
En tercer grado cambiaron al niño a una escuela con perfil
inclusivo y se encontró con una maestra con quien generó un muy buen vínculo,
en un clima de confianza. Pronto Juan adquirió autonomía y participación y pasó
de grado con menos dificultades.
La historia de Juan es real y se cuenta en el libro ¿Es
posible la ternura en la escuela? , un registro de experiencias realizado por
estudiantes de la Cátedra de Psicopedagogía de la Escuela de Ciencias de la
Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional
de Córdoba (Catalina Graco, Agustina Belén Padilla, Belén Mucilli, Celeste
Botta, Erica Colleoni, Inés Carrizo, Liliana Sampayo, Mauricio Emiliano
Coudert, Mónica Pallares, Silvina Molina, Sofía Belén Fernandez y Yolanda
Vivero) y coordinado por Nora Dolagaray, a cargo de la cátedra.
La publicación aborda casos de niños “problemáticos” o con
dificultades en el aprendizaje y analiza cuánto influyen en el desempeño los
vínculos de confianza entre docentes, directivos y alumnos. “Las dificultades
escolares de los alumnos son tensiones entre lo que la escuela propone y lo que
el niño puede aceptar y adecuar de su expresión frente a ese ambiente”, plantea
Dolagaray.
“Cualquier dificultad produce inhibición en el aprendizaje,
y cuando las referencias culturales del niño están muy alejadas de la lógica
escolar, hablamos de ‘desnutrido escolar’, según nuestros autores de
referencia”, agrega. En este sentido, asegura que no es que el niño no pueda
aprender, sino que “no se han tendido puentes entre su pertenencia cultural y
lo que la escuela le exige”.
El trabajo revela que, en general, los maestros consideran a
niños con dificultad a aquellos que muestran diferencias respecto al ideal
pedagógico. O, lo que es lo mismo, que no responden a lo que se espera de un
alumno en la escuela.
Violencia familiar, migración, pobreza y marginalidad,
paternidad problemática, discapacidad y discriminación o exclusión son
variables que pueden condicionar el aprendizaje. El contexto familiar y escolar
son decisivos en el desempeño. También lo son la cooperación, la confianza y el
afecto.
Confianza y seguridad
Los autores de ¿Es posible la ternura…? analizan diversas
situaciones en instituciones de Córdoba.
En el caso de Juan, indican, se observa que la deficiencia
en el cuidado materno podría haber afectado la integración psíquica y provocado
fallas en el proceso de simbolización, demoras en el desarrollo de su autonomía
e inseguridad en el niño. Y, por ende, provocar dificultades en el aprendizaje,
especialmente de la lectoescritura.
Juan se enojaba si no entendía o no aprendía porque tampoco
lograba integrar su personalidad. “Los docentes a menudo no comprendemos estos
mecanismos en los que el niño necesita que se le ofrezca un clima de confianza
y seguridad a modo de compensación”, se explica en el libro.
Juan empezó a progresar cuando encontró una maestra que lo
quería y lo contenía, una psicóloga que le explicaba que iba a estar bien y
compañeros con quienes jugar. Así obtuvo notables mejorías. “Si no conocemos la
historia socio-familiar del niño podemos equivocar la manera de tramitar su
dificultad en la escuela”, plantean los autores del libro.
El desempeño del niño depende de manera fundamental de la
participación del maestro en la consideración de la dificultad, de su formación
previa y de la gestión institucional.
Lo esperado y lo posible
“La escuela proyecta su enseñanza destinada a todos los
alumnos y en esta condición, ‘natural’ de lo escolar, se desdibuja la
particularidad de cada uno”, se plantea en la publicación.
Dolagaray considera que las condiciones de contexto donde
emergen las dificultades que luego pueden transformarse en problemas en el
aprendizaje son transitorias y no limitantes para el proceso escolar “siempre
que la escuela no lo limite”.
“Si no conocemos las condiciones socio-familiares en que se
desarrollan los niños podemos equivocar nuestra manera de tramitar su
dificultad en la escuela y también tenemos que saber que de cómo participa cada
maestra en la consideración de la dificultad depende muy significativamente la
posibilidad de desempeño del niño”, indica el estudio.
Desde la Cátedra de Psicopedagogía aseguran que no hay
recetas pero sugieren “iniciar el análisis de las causas que se originan en el
contexto de las propuestas de enseñanza, en las modalidades de evaluación de
los aprendizajes escolares y en las instancias de comunicación entre la familia
y la escuela”.
Se insta a promover el contacto entre padres y maestros y a
encontrarse en un marco de confianza que permitiría analizar las causas que
generan las dificultades e imaginar alternativas de prevención al malestar, que
suele aumentar si sólo se busca “culpables”.
“Cuando hay un niño que atraviesa una situación de
dificultad escolar también hay un docente o un equipo institucional que ve
vulnerada su función, su seguridad y expertez en la enseñanza”, plantea
Dolagaray.
El estudio
¿Es posible la ternura en la escuela? Es un registro de
experiencias realizado por estudiantes de la Cátedra de Psicopedagogía de la
Escuela de Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Humanidades
(Universidad Nacional de Córdoba).
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