domingo, 16 de febrero de 2014

HACER A UN LADO LAS LIMITACIONES: LA CARTA DEL OPTIMISMO. NOELIA HERBAS

 Esta carta fue publicada en el Diario "La Voz del Interior de Cordoba". Noelia Herbas, es una persona ciega oriunda de Jujuy, quien haciendo a un lado las limitaciones, logró recibirse de abogada con Honores en la Universidad Nacional de Cordoba y se desempeña actualmente para el Poder Judicial de dicha provincia.

 FUENTE: http://www.lavoz.com.ar/historias-de-vida/un-modo-de-transitar-la-vida

Un modo de transitar la vida

Méritos de una persona no vidente. Se recibió de abogada con honores, rindió concurso en el Poder Judicial e ingresó como correlatora en el Juzgado 51 en lo Civil y Comercial. La historia Noelia Herbas, abogada.

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Estimados lectores: mi nombre es Noelia, antes de contar un poquito de mí y de lo que hago, preciso agradecer al personal del diario encargado de esta sección por interesarse en difundir mi 
historia que, más allá de ser considerada para muchos un ejemplo, a mi entender es simplemente un modo de ver, vivir y transitar la vida con la sola particularidad física de ser no vidente.
Nací en la provincia de Jujuy, lugar en el que transcurrió toda mi infancia y adolescencia, y donde mis padres, aun pese 
a padecer de ceguera desde mi llegada a este mundo, me educaron, cuidaron y reprendieron como a mis dos hermanos. Allí crecí, rodeada de mi entorno familiar y amigos, llevando una vida de lo más normal. En mi infancia fui un tanto traviesa e inquieta y con mis hermanos compartí juegos, cumpleaños y juguetes, inclusive bicicletas, patinetas o patines, tomando quizá poca conciencia de la existencia de algún tipo de limitación. Cuando tuve edad para hacerlo, inicié mi etapa escolar y asistí en aquel momento a dos instituciones en forma paralela: por la mañana, a un colegio 
común; y por la tarde, a un 
establecimiento para ciegos en el cual aprendí el sistema 
Braille.
Con el impulso y apoyo de mis padres y hermanos, realicé el cursado del nivel inicial y medio, y fue en mi adolescencia cuando surgió en mí un sueño que en aquel momento consideré tal vez difícil –pero no imposible– de concretar. Me refiero a la ilusión de convertirme en abogada, conocer las leyes y luchar por la realización del derecho y la justicia. A mis 17 años, en el afán de alcanzar ese sueño, decidí partir hacia Córdoba. En eso, que parecía un desafío más, me acompañaron mi madre y mi hermano menor.
Fue difícil alejarme de amigos y familiares, y llegar a esta ciudad sólo con una ilusión entre mis manos. Pero lo deslumbrante de esta bonita provincia y el deseo de continuar fueron más fuertes, y me impulsaron a dedicarme con empeño a cursar la carrera de Derecho y, si se presentaban dificultades, a afrontarlas con voluntad, fortaleza y siempre, como en cada paso lo hago, poniendo lo mejor de mi parte.
No puedo dejar de comentar que Córdoba me sorprendió con el trato, con su gente en general amable y solidaria, pero, sobre todo, con sus instituciones académicas. Más precisamente la Facultad de Derecho de la UNC, ya que a mi llegada me alegró y alentó enterarme que contaba, y actualmente existe, un gabinete especial de apoyo para personas con discapacidad visual, en el que un grupo de voluntarios proporcionan libros grabados en CD que me fueron de gran utilidad. En quinto año de abogacía, pensando ya en un futuro trabajo y en un proyecto de vida como profesional, me inscribí para rendir un concurso público, que en aquel momento se había abierto en el Poder Judicial Provincial. Lo hice, porque tenía y tengo la entera convicción de que más allá de las herramientas que por parte del Estado o de la sociedad se me brinde, tanto en el ámbito profesional como en lo personal, debo ser yo quien tiene que buscar, cosechar para mí un futuro, participar activamente y encontrar la manera de adaptarme e integrarme en la mayor medida posible, sin tomar como limitación el hecho de padecer discapacidad visual.
Felizmente, en 2010 me recibí de abogada y, con orgullo, puedo pedir que pertenecí al cuadro de honor de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC. Y fue entonces que comenzó para mí una nueva etapa de cambios y desafíos. Es que, si bien tenía claro lo que proyectaba para mi vida laboral y profesional, fue ardua la lucha que se me presentó a la hora de buscar experiencia laboral y aprendizaje. Recuerdo que por una oportunidad de trabajo golpeé mil y una puertas, tanto en instituciones públicas como privadas, inicialmente aquí en Córdoba, ya que tenía la intención de quedarme y luego, ante la falta de éxito, también lo intenté en Jujuy. Allí, con el impulso de mi familia y –en especial– con el apoyo y la asistencia de mi hermano menor, monté por un tiempo mi propio estudio jurídico, en el cual evacué consultas de amigos y vecinos. Todo lo hice con la idea de insertarme de alguna manera en el ámbito profesional.
Estuve en Jujuy hasta noviembre de 2011, cuando por el orden de méritos del concurso público que rendí me contactaron para mi ingreso al Poder Judicial. Allí comencé con mucha alegría a trabajar como correlatora en el juzgado 51 en lo Civil y comercial elaborando proyectos de sentencias, junto a la hoy ilustre camarista Claudia Zalazar, a quien por esas cosas de la vida, había conocido tiempo atrás en una de sus disertaciones. Fue ella quien, depositando su confianza en mí, con mucho cariño, paciencia y sabiduría, me brindó la oportunidad que tanto esperaba, para formarme y capacitarme como profesional, aprendiendo a superar de a poco cada barrera que pudiera presentarse por el hecho de ser no vidente.
Es así que, después de tantos avatares, actualmente me encuentro como lo deseaba, viviendo en Córdoba un sueño hecho realidad que comparto con mi familia y amigos, trabajando y aprendiendo a diario con un gran equipo de colegas en la oficina, sembrando en mi interior nuevas ilusiones y metas, tanto en lo personal como en lo profesional, siendo mis mayores leyes la fe y la esperanza, y considerando a Dios como el único abogado y guía de mi vida.
Perfil
Noelia Herbas tiene 26 años y es asistente de la jueza en lo Civil y Comercial de 51º Nominación, Claudia Zalazar, desde noviembre de 2011.

  FUENTE: http://www.lavoz.com.ar/historias-de-vida/un-modo-de-transitar-la-vida

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